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Marcelo Javier Neira Navarro
Vice presidente

El llamado desastre de Manquemapu tiene lugar entre el 2 y 15 de agosto de 1965, en la costa de la Comuna de Purranque, precisamente en la playa de la aldea williche Manquemapu (tierra de cóndores).

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La tragedia comienza el día 2 de agosto cuando la nave de la Armada de Chile, Leucotón, intentando capear un temporal, ancló cerca de la costa frente a Manquemapu. El ancla no resistió por mucho tiempo y la nave terminó varada en la playa producto del fuerte viento, olas y marejadas. No hubo ninguna baja. Pasaron varios días hasta que el 15 de agosto, intentando desvarar a la Leucotón, la nave Janequeo cortó el cable de remolque el que se enredó en su hélice y quedó a la deriva. Curiosamente, la Janequeo fue remolcada y anclada en el mismo lugar que lo hiciera el capitán de Leucotón. Pero nuevamente, la fuerza del viento y oleaje, soltaron las anclas. Janequeo nuevamente a la deriva, se estrelló contra la roca campanario o un conjunto de ellas que la rodean a flor de agua. Los sucesivos golpes, partieron a la nave en tres secciones. Y en el acto, desaparecieron 50 tripulantes. Y todavía, un marinero que había podido salir a la playa, intentando realizar un rescate, terminó muerto. En total, 51 siniestrados.

Por una cuestión en de espacio, el intento de explicar aquí la tragedia se mencionarán solamente dos de los aspectos que parecen más determinantes. Y de haberlos evitado, pudieron haber cambiado la historia.

El primero de ellos, es que el desastre se enmarcó en un temporal que se desarrolló durante toda la segunda quincena del mes de julio y la primera de agosto de ese año 1965. Fue el segundo peor temporal de todo el siglo XX. Como ya quedó señalado, el varamiento de la Janequeo no produjo ninguna baja. Y, sin embargo, desconociendo la magnitud del temporal, el Alto Mando de la Armada ordenó desvarar la nave. A esta acción, concurren tres naves. Entre ellas, Janequeo.

Un segundo elemento, tanto o más determinante fue utilización del llamado “derrotero geográfico”, un manual, un complemento de la carta náutica usado por la Armada de Chile que contempla un relativamente detallado análisis de toda la costa chilena. Frente a los cambios ocurridos a nivel geológico y en el suelo marino producto del terremoto de Valdivia en 22 de mayo de 1960, el derrotero pudo estar desactualizado. Y aunque hubiese estado al día, en cualquier caso, para el año 1961, señalaba,

“Caleta Lliuco.- En el rincón Noreste de la bahía San Pedro, desemboca el río Lluco, y hacia afuera de éste se forma la caleta del mismo nombre. Puede recomendarse la caleta Lluico, como tenedero de emergencia para los buques chicos que deseen capear los malos tiempos del Norte. Deberían para ello, largar el ancla al 300º de la roca Campanario a distancia de 800 metros, en 27 metros de agua” (Derrotero de las costas de Chile, Armada de Chile, Vol. 1, 1961, p. 629).

Y todavía, en el suplemento al mismo, el documento agregó,

“En pág. 429, líneas 27 a la 33, eliminarlas y substituirlas por: ´CALETA LLIUCO.- En el rincón NE. de la Bahía San Pedro desemboca el río Lliuco y hacia fuera de éste se forma la caleta del mismo nombre. Esta caleta constituye un buen fondeadero de emergencia aún para buques grandes que deseen capear los malos tiempos del Norte” (Id., pág. 61).

Por su parte, todavía en el 1967, el Derrotero seguía recomendando que la Caleta Lliuco, lugar exacto de la tragedia, constituía un buen fondeadero para emergencias:

“En el rincón N.E. de la Bahía San Pedro desemboca el río Lliuco y hacia afuera de éste se forma la caleta del mismo nombre. Esta caleta constituye un buen fondeadero de emergencia aún para buque grandes que deseen capear los malos tiempo del Norte. Los buques deberán fondear al 290º y a 5 cables de la roca Campanario, o sea a 3 cables de la punta notable de la costa Norte que tiene una roca a flor de agua.

“El fondeadero está en 27 metro de agua, fondo de arena, en el que la intensidad del viento y de la mar es amortiguada por los cerros inmediatos y las numerosas rocas que despide al punto Norte de la bahía San Pedro.

“La aproximación a caleta Lliuco no presenta dificultad si se ha reconocido previamente cabo San Antonio y bahía San Pedro.

“Estando ya en el interior un buen punto de reconocimiento es la roca Campanario, que al principio se confunde con la costa, pero más cerca resalta por una perforación que tiene en su extremo Sur” (Derrotero de las costas de Chile, Armada de Chile, Vol. 1, 1967, pág. 605).

En los próximos años, la sucesiva acumulación y ordenamiento de más información permitirá confirmar o desechar esta hipótesis que, por lo pronto, parece digna de tener en cuenta.

A continuación dejamos un video con parte de la información recopilada. Es también un homenaje a los marineros caidos y también a los aldeanos que colaboraron en el rescate de algunos de ellos.